domingo, 11 de diciembre de 2011

Sonnwendfeier: la Navidad según los nazis


Durante toda la Historia los movimientos revolucionarios han procurado eliminar, utilizar o convertir las tradiciones y costumbres para adecuarlas al nuevo mundo que pretendían dar a luz. Esta situación se ha repetido en Europa especialmente desde la Revolución Francesa y la profusión del nacionalismo en los siglos posteriores. En el caso de los totalitarismos en los cuales el estado pretendía controlar cada circunstancia de los ciudadanos dichas tradiciones representaban una ocasión perfecta para adoctrinar y fomentar la unión del pueblo y de éste con la nación/estado/partido. El nacionalsocialismo además era una ideología plagada de mitos y símbolos cuya mística germánica pretendía sustituir progresivamente los ritos cristianos en su afán de construir el Reich de los mil años. Estos intentos de implantar ritos inspirados en tradiciones germánicas reales o inventadas se dieron principalmente en los primeros años del régimen y en especial por parte de las SS y las organizaciones civiles del partido. Es sabido que el Führer nunca mostró interés por estos aspectos culturales.

El solsticio de invierno era una fecha señalada en el calendario de romanos y celtas y en las tribus germánicas coetáneas era conocido como Modranicht. Esta fecha siempre ha tenido un gran simbolismo ya que representaba un momento clave en el ciclo anual del año. Eventos astronómicos, controlados en la antigüedad como el apareamiento de los animales, la siembra de los cultivos y la medición de las reservas entre las cosechas de invierno, muestran cómo las diferentes mitologías y las tradiciones culturales han surgido en torno a este día que muchas veces a sido identificado como el origen de la fiesta navideña para los cristianos. Una vez asimilados los ritos la Iglesia prohibió celebraciones paganas como el Sonnwendfeier (fiesta del sosticio) pero sin embargo esta tradición sobrevivió en pequeños pueblos del medio rural alemán donde los campesinos se reunián al atarceder junto a una gran hoguera en Junio y Diciembre. Análogamente en muchos lugares de España el solsticio de verano viene acompañado por un rito similar y fué asimilado dando lugar a las hogueras de San Juan.

La sustitución de la fiesta de la Navidad por el Sonnwende vino reforzada por el mito propagado por los teosofistas desde el siglo XIX de que Cristo era de origen ario pero sus ideas habian sido corrompidas  y traicionadas por el pueblo judío. Muchos identificaban a Hitler como una especie de segundo advenimiento que iluminaba la salvación del verdadero pueblo elegido, que no era otro que el alemán. Estas declaraciones de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda reflejan dicha mentalidad:

"So ist uns jene längste Nacht des Jahres, das wir Weihnachten nehnen, die Stunde der Geburt, die Stunde des jungen neuen Lebens, die Stunde des Kindes und der mütterlich gebänderen Kraft. Sie ist es dem nordisch-germanischen Menschen immer gewesen, ob auch die äusseren Formen ihrer Feier sich wandelten, ob auch der echte Sinn unter fremdem Geist manchesmal zu verschwinden drohte"
"Por lo tanto aquella noche más larga del año, a la que denominamos Navidad, es la hora del nacimiento, la hora de la joven vida nueva, la hora del niño y de la constructiva fuerza maternal. Ésta siempre ha permanecido en el hombre nórdico-germánico aunque el aspecto exterior de la festividad cambiase, aunque el verdadero significado fuese forzado a desaparecer por un espíritu ajeno"
Este "espíritu" no es más que el sentido otorgado a esta festividad por la mitlogía cristiana que según el nazismo corrompía el verdadero significado del solsticio como momento de renacimiento y fuerza renovadora del pueblo ario.

El día del solsticio era por tanto otro más dentro del pomposo calendario nazi. Miembros del partido y de las organizaciones derivadas se reunían en lugares dotados del misticismo adecuado para la ocasión que en contraste con las iglesias cristianas eran parajes naturales como colinas o claros dentro del bosque. Se portaban estandartes y se cantaban himnos al Führer, a los caidos y a Alemania.

Felicitación navideña pintada por un soldado en Staligrado en la Navidad de 1942. Fuente


Con el paso de los años esta práctica fue perdiendo el apoyo oficial de partido, especialmente con el inicio de la guerra. La invasión de la Unión Soviética era presentada en la Europa ocupada como la cruzada de la civilización cristiana contra la inevitable barbarie que vendría impuesta por los "demonios rojos". Los funerales de los caidos en el frente venían acompañados de simbología nazi pero siempre bajo la liturgia cristiana con excepción de los SS más fanáticos. Mientras el sexto ejército sufría el brutal invierno de Stalingrado en 1942 y quedaban un par de meses para la derrota, entre combate y combate el día de Navidad fue vivido por muchos soldados en el frente con la compañia de las canciones navideñas cantadas por un coro de la Wehrmacht que según el locutor  se encontraba en la ciudad del Volga y que en realidad estaba en un estudio de Berlín. El coro cantaba canciones puramente cristianas como Heilige Abend o Stille Nacht, lo cual refleja el cambio de actitud del régimen frente a la celebración de la Navidad.


Hoy en día se sigue celebrando el Sonnwenfeier por estas fechas en muchos pueblos de Alemania, la mayoría de las veces bajo el espíritu cristiano y desprovista de ninguna relación con el nazismo. Sin embargo en ciertos ambientes de extrema derecha sigue celebrándose bajo el misticismo otorgado durante aquellos oscuros años.

Fuentes / Para saber más:

  • Hans-Ulrich Thamer - Verführung und Gewalt - Kapitel VI - Feier, Kult und Propaganda. Siedler Verlag ISBN 3-88680-053-9
  • Rosa Sala  Rose - Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo. Ed Acantilado ISBN 84-96136-31-0
  • Hamburger Abendblatt (20.12.2002) - Die Maddona von Stalingrad







jueves, 28 de julio de 2011

NSDAP. Su organización a través de un documento oficial

Entre los documentos históricos que han pasado por mis manos figura el papel y el sobre oficial del Ortsgruppe del infame partido nazi en Grünbach am Schneeberg (Austria) El presente documento supone un testigo perfecto de la burocratización y la estructura piramidal del partido nazi. Bajo la cúpula dirigente a nivel del Reich formada por los Reichsleiter el NSDAP se dividía en subdivisiones territoriales o Gaue,que en el caso que nos ocupa se trata del Gau del Bajo Danubio (Niederdonau), zona que comprendía a partir de 1938 Moravia y partes de  los actuales estados austriacos de Niederösterreich y Burgenland 

A su vez la organización se dividía en circunscripciones (Kreise) como la de Neunkirchen que englobaban los citados Ortsgruppe que a sí mismo se vertebraban en células (Zellen) y bloques (Block)
El último eslabón del estado totalitario era el Blockleiter y era el responsable de vigilar la lealtad de los vecinos de unos 40 o 60 Hogares hacia el estado y el partido, llevando un archivo y emitiendo informes periódicos. Para saber más aquí.



Advertencia: Todas las imágenes provenientes de mi colección personal así como el contenido de este artículo son originales y se encuentran bajo licencia Creative Commons 2.5 by-nc-sa. Queda prohibido cualquier uso relacionado con la apología del fascismo y sus crímenes.

miércoles, 29 de junio de 2011

Postales. Filatelia y propaganda en el Tercer Reich (I)


Alemania es uno de los países con una tradición de coleccionismo filatélico (sellos, artículos postales) más arraigada del mundo, con asociaciones filatélicas cuya fundación data de fechas previas a la unificación de 1871 y un respeto a los servicios postales y su historia digna de admiración. La producción de sellos y postales como medio de propaganda política fueron una constante que tuvo una gran labor a la hora de fomentar el sentimiento de unidad nacional y de movilización durante la Gran Guerra. Como instrumento tuvo su punto álgido en los años del dominio del partido nacionalsocialista, costumbre cuyo testigo fue recogido tras 1945 por las autoridades de la comunista República Democrática Alemana en menor medida.

El totalitarismo Hitleriano uso todos los medios disponibles a su alcance para inculcar su ideario y su
Weltanschauung. En el imaginario popular ha quedado la imagen de la profusión de los símbolos del régimen por todas partes y los documentos postales no fueron una excepción.  En este artículo nos centraremos en las postales como elemento de colección y de propaganda y observaremos la ingente cantidad de información que pueden aportar como fuentes históricas.

 
Anverso

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Comenzamos el artículo con una postal de las más interesantes por su relación con la historia de España y fue impresa en junio de 1939 con motivo del regreso de la Legión Cóndor a Alemania. En el anverso se muestra una fotocomposición con el estandarte de la fuerza expedicionaria donde se conjugan el águila imperial y el águila de la Luftwaffe sobre una foto donde los voluntarios alemanes presentan armas a las autoridades franquistas. El matasellos con el yugo y las flechas sobre una esvástica da una idea de las estrechas relaciones que hubo entre ambas dictaduras desde el estallido de la guerra civil española hasta el derrumbe en todos los frentes del ejército alemán, momento en el que Franco tuvo que distanciarse y acercarse a las potencias vencedoras occidentales como bastión anticomunista para que el último enclave fascista de Europa pudiese sobrevivir.



Continuamos con esta postal conmemorativa del día del sello en 1942 emitida por la organización filatélica inscrita dentro de la organización Kraft durch Freude (Kdf) que asimismo formaba parte del Deutsche Arbeitsfront, el sindicato vertical del régimen cuyo logo (esvástica encerrada por rueda dentada) puede apreciarse en el matasellos. La finalidad de Kdf (nombre cuya traducción es "Fuerza a través de la alegría") era la de organizar el tiempo libre de los alemanes como tour operator o a través de actividades deportivas o culturales que promoviesen la cosmovisión nazi, siendo el coleccionismo filatélico una de ellas.

El motivo de la imagen de la postal es un homenaje a la función del Feldpost (“Correo de campaña”) que no era más que el servicio postal que tenían como privilegio los soldados en el frente para tener contacto y recibir regalos de sus familiares en retaguardia. Obviamente la censura se encargaba de que los destinatarios de las misivas no leyesen nada relacionado con la barbarie y los desastres de la guerra para evitar la desmoralización por lo que en ellas sólo se podía hablar sobre banalidades. Para evitar que el enemigo pudiese obtener información en el caso de interceptar el correo además se prohibía indicar la función del remitente (por ejemplo zapador) y sólo se permitía indicar la graduación, Gefreiter (Cabo) en el caso de la siguiente postal:



Tampoco se podía indicar el tipo de unidad al que se pertenecía ni la localización que nunca era la misma durante la guerra así que en lugar de ello se designaba en el matasellos por un número. En este caso el 25154 perteneció a la décima compañía del Landwehr-Infanterie-Regiment 182 según indica el  Lexikon der Wehrmacht. Incluso en este tipo de postales se incluían consignas políticas deliberadamente:




Como indica la fecha (29.10.41) la misiva fue enviada en plena campaña de Barbarroja contra la Unión Soviética. En el membrete se incluye un fragmento de la nota enviada a Stalin como declaración de guerra:

El pueblo alemán sabe que su destino es el de salvar toda la civilización de los peligros mortales del bolchevismo y abrir el camino en Europa para un verdadero auge social

La pompa nazi queda reflejada en las series conmemorativas de los famosos congresos de Núremberg entre 1934 y 1938 donde se concentraban los miembros del partido nazi en el Zeppelinfeld y se daban los desfiles y mítines espectaculares que la directora Leni Riefenstahl filmó para la posteridad.

Anverso

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Anverso

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En estas de 1937 aparecen desfilando miembros de las Sturmabteilungen, las tropas de asalto del partido que llevaron la violencia a las calles durante la república de Weimar y que por aquel entonces y tras la “noche de los cuchillos largos” eran una organización sin importancia en comparación con las SS. Es curioso señalar la euforia con la que describe el remitente los sucesos acaecidos por entonces en Núremberg como asistente en la primera postal o que la segunda va dirigida a Berchtegaden para felicitar las vacaciones. Dicha población alpina era por entonces un lugar de descanso vacacional para los jerarcas nazis donde se encontraba el “Nido del Águila”, el famoso chalet de Hitler. Por ello podemos afirmar que la esta correspondencia perteneció seguramente a miembros del NSDAP.

Pero la pompa no sólo era patrimonio de los miembros del partido. Todas las organizaciones y colectivos del estado alemán llevaban a cabo todos los ritos y la parafernalia propias de las costumbres fascistas.  Incluidos los funcionarios del servicio postal:


En esta postal de 1939 se ilustra una celebración de los miembros del Reichspost donde al igual que en el sello impreso se muestra que la marcialidad y el militarismo fascistas alcanzaban todos los ámbitos de la sociedad. Pone de relieve la importancia antes descrita que siempre ha tenido correos en Alemania y en ella aparecen dibujados un coche y un ultraligero como los usados en el trabajo y que formaron parte de las competiciones deportivas de la concentración, así como un coche de caballos como los que usaban antiguamente los carteros. 

Pero no todas las postales tenían motivos puramente estéticos y simbólicos, las postales con proclamas políticas explícitas también eran comunes como en la siguiente: 


En ella se reafirma con un “Danzig es alemana” la germanidad de la ciudad-estado, que en el momento de la impresión (1940) ya se encontraba bajo dominio alemán tras la anexión de Polonia en 1939. La ciudad de Danzig de fundación teutónica y que formó parte de Prusia entre 1772 a 1920 pasaba en virtud de la aplicación del Tratado de Versalles a estar bajo control de Polonia con el fin de proporcionar un puerto al país como reparación formando parte del denominado “corredor polaco”. La población de mayoría alemana rechazaba esta situación y sirvió como la última reclamación irredentista de Adolf Hitler tras haber remilitarizado Renania y anexado Austria y los Sudetes. Un día después del ataque a Polonia del 1 de Septiembre de 1939 que desencadenó la segunda guerra mundial volvía a ondear la bandera alemana en el ayuntamiento de la ciudad. En la primera semana se produjo el fusilamiento de unos 10000 polacos.

Tras la caída del Reich en 1945 de la ciudad quedaban en pie tan sólo un 10% de los edificios y los soviéticos expulsaron a la mayoría de la población alemana repoblando la ciudad con ciudadanos polacos provenientes de las regiones polacas que la URSS se había anexionado. Desde entonces la ciudad pertenece a Polonia y recibe el nombre en polaco de Gdansk.

Desde esta misma ciudad fue enviada la siguiente postal el 25 de enero de 1941:



Pertenece a la serie impresa con motivo de la campaña de ese año de la Winterhilfswerk, campaña solidaria invernal promovida por la Nationalsozialistische Volkswohlfahrt, organización nacionalsocialista para el bienestar del pueblo. Se llevó a cabo durante toda la duración del régimen y su objetivo era proveer de alimentos, mantas, carbón etcétera a los más desfavorecidos durante los meses de Octubre hasta Marzo. La venta de artículos como postales, cerillas, la donación de objetos o los donativos que se dejaban en latas como la que se ilustra la postal eran la manera de colaborar. Colaboración que realmente era obligada.

Aquellos que no lo hacían eran reportados por vecinos y familiares a las autoridades y sus nombres aparecían en listas públicas. Se llegó a dar el caso en el que la policía tuvo que proteger a un ciudadano de la masa enfurecida por haber donado únicamente un par de botas usadas. Bajo la mentalidad nacionalsocialista el individuo carecía de importancia y se debía exclusivamente a su comunidad como se interpreta a través de la consigna impresa en la postal: “Kämpfen, Arbeiten, Opfern” (Luchar, trabajar, sacrificarse). El pueblo alemán en su conjunto era el único ente al que el ciudadano debía la propia vida y el sufrimiento y como modelo aparecen un trabajador y un soldado cuya importancia se iguala, ilustrados según los cánones de lo que debía ser el hombre ario. Durante los años de la guerra estos fondos eran desviados en su mayoría a las arcas del ejército y los bienes donados se destinaban casi exclusivamente a los soldados en el frente.




Finalizamos el artículo con una postal de la serie dedicada a los juegos olímpicos de Berlín de 1936 que muestra el graderío del Olympiastadium. Lugar donde la muestra de poderío alemán quedó eclipsada por los éxitos en atletismo del afroamericano Jesse Owens. Las postales con motivos arquitectónicos o infraestructuras como las autovías que simbolizaban la modernidad y el progreso de la Alemania nazi constituyen además toda una subcategoría dentro de su clasificación.

Advertencia: Todas las imágenes provenientes de mi colección personal así como el contenido de este artículo son originales y se encuentran bajo licencia Creative Commons 2.5 by-nc-sa. Queda prohibido cualquier uso relacionado con la apología del fascismo y sus crímenes.

domingo, 26 de junio de 2011

El campo de concentración de Miranda del Ebro: de supervisores SS a prisioneros nazis

El papel de España durante la Segunda Guerra Mundial y su relación con el Tercer Reich reflejados en la historia del campo.


Prisioneros lavando en el campo de Miranda del Ebro


Por toda Europa existen publicaciones e incluso placas conmemorativas (como por ejemplo la situada en Tarbes, Francia) que en su papel de recordar la barbarie acontecida en los numerosos campos de concentración durante los años treinta y cuarenta no olvidan citar el cercano a Miranda del Ebro (Burgos), activo de 1937 a 1947 e ignorado en cierta medida por la historiografía de nuestro país. Probablemente porque durante cuarenta años se procuró ocultar las estrechas relaciones que tuvo el régimen franquista con la Alemania de Hitler durante su existencia e incluso después de su ocaso.


Inspiración alemana y presos de la guerra civil (1937-1941)

La historia del campo comienza durante la guerra civil y el rápido avance en el norte de la península del bando de los sublevados. A pesar de que no existía la voluntad de hacer prisioneros en la mayoría de los casos y de ello dan cuenta los cuantiosos fusilamientos en la zona el hacinamiento de los presos políticos y militares simpatizantes con la República comenzaba a ser preocupante, con todo tipo de edificios oficiales como la universidad de Deusto convertidos en cárceles, por lo que se recurrió a la construcción de campos inspirados en los que ya funcionaban en Alemania contando con el asesoramiento de sus gestores, miembros de la Schutzstaffel. El Kriminalkomissar de la Gestapo en la embajada alemana de Madrid en 1936 Paul Winzer fue el encargado de la organización y la burocratización del campo bajo el mando del Capitán de Infantería Emeterio García Juárez y llegó a ostentar su jefatura.


Croquis del campo en su primer año de vida. Ver fuentes


A imagen y semejanza de las instalaciones alemanas se rodearon con alambradas provenientes del material de un circo abandonado cuatro hectáreas de terreno de una fábrica desocupada junto al río Bayas cerca de la vía de la línea férrea que traería a los prisioneros en vagones de ganado y se construyeron barracones y acuartelamientos. Pese a que la finalidad distaba mucho del concepto de exterminio y se acercaba más al de reeducación mediante trabajos forzados el duro invierno de 1937/38 junto a las numerosas enfermedades derivadas de las malas condiciones como el tifus o la disentería y la superpoblación causaron innumerables muertes. A todo esto se debe añadir que las ejecuciones sumarias ocurrían con frecuencia.


Barracones del campo. Fuente: Ceges-Soma


Control alemán e internacionalización (1941-1944)

Durante los primeros años de la conflagración mundial el control de la Gestapo de la mayoría de los campos españoles fue casi total, especialmente el de Miranda del Ebro por su volumen de presos y la cercanía a la frontera francesa. La visita al campo del SS-Reichsführer Himmler en 1940 durante su gira por la península da buena cuenta de ello. Periódicamente agentes de la Gestapo acudían al campo para clasificar, interrogar y decidir muchas veces el destino de los internados. Dado que la situación del campo chocaba con la posición de no beligerancia de España en la guerra se cambió su denominación pasando a llamarse “depósito de concentración”. Un eufemismo que pretendía mitigar la mala prensa en los países aliados.


Himmler junto al Caudillo el 25 de Octubre de 1940. Fuente: Bundesarchiv


Fueron numerosos los judíos que escapando de la persecución en la Francia de Vichy acabaron tras las alambradas, así como aviadores derribados o agentes de los servicios de espionaje del bando aliado como Vera Leigh, resistentes franceses como los premios nobel de medicina de 1965 Jacques L. Monod y François Jacob o brigadistas internacionales de los países ocupados que aún permanecían en suelo español. Sólo en agosto de 1943 el listado detalla la identidad de 3.265 extranjeros incluyendo alemanes, italianos, polacos, franceses y apátridas, etiqueta que aplicaba el régimen español a los judíos y que curiosamente coincide con la que se marcaba a los exiliados republicanos que pasaron por los campos alemanes. La mayoría de presos extranjeros fueron de nacionalidad francesa y entre ellos se encontraron Félix Gouin, Presidente provisional del gobierno francés y Georges Bidault Primer Ministro francés y Ministro de Asuntos Exteriores.


Croquis del campo en 1940. Los edificios y jardines abajo a la izquierda pertenecen a la comandancia


Los conflictos surgidos entre los grupos nacionales obligaron a dividir el campo en secciones y según su procedencia recibían diferentes privilegios. Los prisioneros alemanes podían por ejemplo obtener permisos para pasear libremente por el pueblo y recibían ofertas de perdón a cambio de la repatriación que la mayoría rechazaba puesto que adivinaban que su destino allí no era sino el de terminar en sitios como Sachsenhausen por su oposición al nazismo. Las duras condiciones de vida como interno en Miranda del Ebro resultaban preferibles en comparación.


Guardia del campo. Fuente: Ceges-Soma





Como en cualquier campo de prisioneros de la época los intentos de fuga fueron numerosos e ingeniosos: se cavaron túneles desde los barracones e incluso en la capilla aunque la mayoría fueron descubiertos a tiempo. Otra forma de evasión consistía en escaparse por la zona del río Bayas donde la vigilancia era menor. Se dio el caso de un recluso que observando los hábitos de un guardia civil que venía al campo todos los días y se iba a horas fijas, se confeccionó un tricornio a semejanza del guardia pintando de negro una caja metálica de galletas y usando un uniforme que consistía únicamente en una manta de color verde oliva consiguió salir sin que nadie sospechara nada aunque fue detenido horas más tarde.



La capilla bajo la cual hubo un intento de fuga a través de un túnel. Fuente: Ceges-Soma


Conforme la esperanza en la victoria final fue desvaneciéndose la dictadura de Franco se distanciaba de sus antiguos amigos del eje. Esta situación se hace patente en 1943 cuando un grupo de polacos lidera una huelga de hambre a la que se unirían el resto de brigadistas internacionales en protesta por la saturación y la falta de comida y que resultó todo un éxito con numerosas excarcelaciones. Los prisioneros aliados vieron como sus condiciones en el campo mejoraban radicalmente y se producían numerosas repatriaciones especialmente a partir de la fecha del desembarco de Normandía, mientras que la injerencia de los servicios secretos alemanes se limitaba.



Presos belgas recién liberados en marzo de 1943. Fuente: Ceges-Soma


Presos nazis y colaboracionistas (1944-1947)

Al mismo tiempo que la Wehrmacht se veía obligada a retroceder en el frente occidental aumentaba el número de desertores alemanes y franceses leales al régimen de Vichy que cruzaban ilegalmente los Pirineos. Por la estación de Canfranc pasaron trenes cargados de soldados de las Waffen SS acompañados por fascistas italianos y colaboracionistas de los países ocupados cuya última parada tuvo lugar en el campo burgalés. Mientras la dictadura franquista negaba reiteradamente haber acogido a estas personas de cara a las potencias vencedoras los prisioneros aliados eran testimonio de las mejores condiciones que los nuevos huéspedes recibían desde el primer momento como por ejemplo el acceso a la piscina de la comandancia, un lujo reservado a los militares que custodiaban el recinto. A requerimiento de los aliados agentes nazis que operaban en España fueron también retenidos pero su posterior entrega se entorpeció hasta el punto en el que en la mayoría de los casos no prosperaba.

El yugo y las flechas gobiernan el patio del campo. Fuente: Ceges-Soma

Las redes de evasión como Odessa (red de colaboración secreta desarrollada por grupos nazis para ayudar a escapar a miembros de la SS de Europa a América Latina) comenzaron pronto a funcionar bajo la permisividad cómplice de las autoridades franquistas y la Iglesia Católica a través de la denominada “ruta de los monasterios” disminuyendo el número de nazis internados, sobre todo de los de mayor importancia. Uno de los casos más notables es el del SS-Untersturmführer Walter Kutschmann, responsable entre otros crímenes de la ejecución de 1500 judíos en Polonia y que escapo a Argentina bajo la identidad de una monja carmelita, siendo descubierto en 1975 por el famoso cazanazis Simon Wiesenthal.


El SS-Sturmführer Walter Kutschmann


Clausura y memoria

Las instalaciones abandonaron su función como “depósito” de concentración en 1947 con el traslado de los últimos presos y posteriormente funcionó como centro de instrucción del ejército hasta 1954. Hoy día existe una fábrica sobre los terrenos y se mantienen únicamente el depósito del agua y parte de las garitas del cuerpo de guardia. En los últimos años se han llevado a cabo labores de conservación y se han instalado placas informativas, tímidos pero esperanzadores gestos que contrastan con las labores de recuperación de la memoria de los campos en el resto de Europa. Mientras sobre las atrocidades cometidas en los campos bajo el yugo del Tercer Reich se siguen escribiendo ríos de tinta resulta decepcionante la escasa bibliografía que existe acerca del infierno que vivieron los 80.000 prisioneros que pasaron por el campo mirandés cuya trascendencia internacional y la influencia de los nazis es desconocida para la gran mayoría. Sirva este artículo como un modesto homenaje.

El depósito de agua que todavía se conserva


Fuentes / Para saber más: